Opinión

Al menos, acuerdo para negociar

Han negociado empezar a negociar, que no es poco visto cómo andaban las relaciones entre Pedro Sánchez y Pablo Casado, con desconfianza mutua y acusaciones por las dos partes pasadas de tono y que no auguraban nada bueno. 

Por lo menos han llegado al acuerdo de que la comisión negociadora sea parlamentaria -como pedía con razón el presidente del PP- , lo que ya es algo. Y no es “algo” baladí. Sánchez quería formar una mesa de diálogo, a lo que se negaba tajantemente el PP porque no estaba dispuesto a compartir mesa con partidos que considera inconstitucionales, como Bildu o la CUP. Al tratarse se una comisión parlamentaria, de nueva creación, sí habrá representación de esos dos partidos, pero con las reglas de juego de un parlamento democrático, en el que entre otras cosas cada partido tiene la representación que le corresponde en función del número de diputados, así como unos tiempos de intervención acordes también con su representación.

Por lo menos hay ya un punto de partida sobre el que trabajar, con los aspectos fundamentales para lograr la reconstrucción que se pretende diseñar en esa comisión parlamentaria. Se intentará de forma prioritaria llegar a acuerdos sobre economía, sanidad y el empleo, asuntos que obligan a tomar unas decisiones que, si no se plantean por consenso, difícilmente se podrá poner en pie una España profundamente dañada por una pandemia que el gobierno no quiso ver. No tomó las medidas indispensables de prevención para disminuir sus efectos, ni tampoco acertó una vez que la pandemia alcanzó de lleno a la península, que sin embargo encontró un Portugal preparado para el tsunami. Esa pandemia está siendo devastadora en el presente de España y puede ser letal en el futuro si no se acierta en las medidas de reconstrucción que, hay que insistir en ello, serán inútiles si no cuentan con el respaldo unánime de las fuerzas políticas y sociales.

El primer paso ya se ha dado. Tanto Sánchez como Casado han comprendido que no había pacto posible para España si no aparecían juntos PSOE y PP como abanderados, y los dos han mantenido su conversación con un talante muy distinto al que han mostrado en sus rifirrafes últimos, en los que uno y otro parecían más interesados en salvar políticamente su piel que en defender los intereses de los ciudadanos. 

Este primer paso no significa que el pacto se pueda alcanzar, pero al menos este lunes se ha visto en el presidente y en el líder de la oposición la voluntad de trabajar para que pueda ser firmado.

De momento, tienen dos citas importantes esta misma semana: la primera reunión de la comisión parlamentaria para crear la metodología de trabajo y segunda y aún más relevante, el Consejo Europeo del jueves. Si Sánchez no consigue que sus compañeros europeos aprueben una importante inyección económica a España, lo vamos a pasar muy mal aunque haya pacto de reconstrucción.

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