¿Qué es la...?

¿Crisis?: Todos nos lo estamos preguntando. Y también, ¿cuál es la causa de la crisis y de qué procede? Todos la estamos viviendo y naturalmente unos más que otros, y algunos dramáticamente. ¿Alguien sabe decirme la causa, el foco de donde procede este cáncer que tan rápidamente ha extendido sus raíces? Yo no soy adivina, pero pienso que una de las causas y quizá la principal, es el desmedido afán de riqueza y de poder que se extiende por todas partes, como una maligna epidemia. Desde la infancia, hoy todos sueñan con amontonar millones, y de la manera más fácil y rápida posible.

‘Poderoso caballero es don Dinero’, y nunca mejor dicho. Hoy se atropella por encima de todo para acaparar millones, sea o no por el camino legal; y para ello no tienen límites ni obstáculos, ni tampoco escrúpulos. Los grandes empresarios, siempre ávidos de lucro, se arriman ‘al sol que más calienta’; es decir, trasladan sus empresas a los países donde menos vale el dinero y la mano de obra es más barata, para sacarle ganancias fabulosas a esas mercancías, que luego nos venden aquí a nuestros precios de mercado. Y esto naturalmente en nuestro país, en donde el nuevo dinero se ha revalorizado, genera el tremendo desempleo y todo lo que de él deriva. Es como una fatídica cadena, y lo que en conjunto se llama crisis. Como quien vacía una casa para llenar otra, o como despojar a sus moradores de lo indispensable para vivir, mientras los ‘vivos’ ponen a buen recaudo su fabuloso dinerito (o dinerazo) trasladándolo, casi siempre ‘a la chitacalando’, a las arcas acorazadas de unas tierras denominadas ‘Paraísos Fiscales’, convirtiéndose en clientes privilegiados que nada pagan por el almacenamiento y protección de sus millones. Así, con esto y con otros expolios, dejan a los países como el nuestro, ¡tan permisivos con ellos!, con las arcas vacías.

Los políticos nos dicen que la solución es que cada día nos apretemos más el cinturón, mientras ellos nadan en la abundancia. Quiero aclarar que yo no soy envidiosa, ni tengo nada contra los millonarios que han hecho su fortuna honradamente, con su trabajo, su inteligencia o su suerte, y los admiro por ello y les deseo que disfruten lo que puedan con lo que han ahorrado y poseen, sin haber explotado a los operarios a su servicio.

Otra plaga, y ahora más extendida y derivada de la anterior, es la delincuencia, que cada día crece y crece y es más alarmante, porque España se ha convertido en un verdadero paraíso de los delincuentes de todas las ‘calañas’. Ahora ya no existe ni el miedo, ni el respeto a los ciudadanos ni a las autoridades. En pleno día, y cuando les da la gana, y huelen algo que les apetece, roban, saquean, y hasta matan como si fuera lo más natural. Y esto se ha convertido en una jungla, donde los humanos son peor que las fieras, porque estas sólo matan para comer. ¿Y qué me dicen de la justicia? Muchos juzgados parecen almacenes de papel, donde los juicios se almacenan como mercancías y tardan años en resolverse, fallándose a la ligera, sin siquiera tiempo ni modo de analizarlos.

De la familia... ¿qué podemos decir? Hoy esta palabra ya casi ni tiene significado. El ‘sálvese quien pueda’ impera por doquier. Tanto los que se casan como los que ‘se aparean’, no se soportan. A las primeras de cambio se divorcian o simplemente se separan, sin importarles lo mínimo lo que esto supone para los hijos, especialmente si son pequeños. Los hijos, en una preocupante mayoría, ya ni respetan a sus padres, como si se tratara de unos ‘entes’ a los que hay que soportar, y sacarles todo lo posible. Los demás parientes: los abuelos, tíos, etcétera, sólo valen y merecen un poco de atención los que más riqueza poseen, siempre con vistas al futuro.

¿Y la libertad? Bueno... hoy el mayor porcentaje de muchos países ha derivado hacia el ‘libertinaje’ en todas sus facetas, hasta en las más escabrosas y desagradables. Y bueno, hay un largo etcétera que la mayoría conoce y ya ni vale la pena describir. Y cuando se suma todo esto, el cociente es... España y otros países similares.