Opinión

De uno a tres

Los chinos aceptaron a regañadientes la política del hijo único decretada por Mao Zedong, Mao Tse Tung para los del plan antiguo, cuando era todavía un país en desarrollo y no había dado el gran salto adelante, que llegó cuando se instauró el comunismo capitalista. Ahora China se encuentra con una población envejecida en un país económicamente desarrollado en muchas zonas, donde los jóvenes ahora no quieren ni oír hablar de la política de los tres hijos para hacer frente a todos los problemas derivados del envejecimiento de la población. Las parejas chinas se han occidentalizado completamente, no quieren saber nada de la cultura tradicional familiar, ni de la crianza de muchos hijos que allí también sale por un pico, y de ahí la caída de la natalidad, pese a las ayudas previstas. El Gobierno podía meterse en la cama de los chinos -y en los quirófanos- para limitar los nacimientos, pero no se puede meter en la cama para aumentarlos. Al menos por ahora.

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