Durante muchas legislaturas, la moción de censura fue un elemento extramuros de la vida política. En unos casos por las mayorías absolutas, en otros porque las sumas no daban el resultado apetecible. Desde la aparición de los nuevos partidos, la moción de censura es un trámite a cumplir en cada legislatura. Lo curioso es que salvo en la que presentó Pedro Sánchez impulsado por la sentencia sobre la corrupción del PP las presentan el tercero de la fila. Lo hizo Unidas Podemos contra Mariano Rajoy, y ahora Vox contra Pedro Sánchez, que vuelve a demostrar que es un partido en el extrarradio del sistema. Santiago Abascal se ha cargado con su anuncio el debate sobre la cumbre europea de los fondos covid que navegaba entre el triunfalismo y los aplausos y la levitación del PP al que le han segado la hierba bajo de los pies. El líder de Vox le ha pegado una patada a Pedro Sánchez en el culo de Pablo Casado. Matemáticamente hablando la moción de censura recibirá un no como una casa. Pero en tiempos de aguas turbulentas, el río se puede llevar por delante a cualquiera.
