Sergio Otamendi
CRÓNICA INTERNACIONAL
Dos éxitos o dos fracasos
HISTORIAS DE UN SENTIMENTAL
Aunque los profesionales de la radio en Ourense, que ha sido siempre un gremio muy bien avenido desde que nuevas emisoras se unieron a Radio Orense, han celebrado tradicionalmente a San Miguel Arcángel como patrono, a esa fiesta se une otra conmemoración, la del día de la Radio. Fue Pio XII quien quiso que fuera la voz de la Anunciación el protector de los profesionales de la Radio el día 29 de septiembre, y ahora también se celebra el 13 de febrero el Día Mundial de la Radio. Recuerdo aquellas celebraciones de inicio de los años 70, con misa, recepción y ágape, que era una grata jornada de confraternización, a la que corresponde la foto de todos los profesionales de esta ciudad en aquel tiempo, pero hoy son muchos más dado el crecimiento de este medio. Si bien es cierto que la celebración instituida por el Papa Pacelli se encuadraba dentro del mundo católico, el ahora Día de la Radio tiene un sentido no religioso y universal. Lo instituyó la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Los objetivos de la jornada son concienciar al público y a los medios de comunicación acerca de la importancia de la radio, alentar a los encargados de tomar decisiones a crear y ofrecer acceso a la información a través del medio; así como mejorar las redes y la cooperación internacional entre los organismos de radiodifusión.
Los que nos iniciamos y procedemos de la radio, como yo mismo, hace más de medio siglo, aquí en Ourense, nos sentimos por lo general apegados a la fiesta de San Miguel, aunque no sé si se sigue celebrando o se conmemora la otra. Tampoco estaría mal celebrar las dos. Por lo general, siempre recuerdo que la radio es la gran escuela de comunicación que exige pericia y prontitud y creo que aquí, en Ourense, se hizo siempre una radio excelente en todos los sentidos y que la nutrieron excelentes y recordados profesionales. De aquel tiempo, pocos vamos quedando ya.
Otro programa de éxito fue “Palestra”, espacio deportivo que nada tendría que envidiar a los de ahora. Entre aquellos maestros de la radio, aparte de Montesinos, a quien traté menos, recuerdo la singularidad de Pedro Arcas. Hombre culto y singular, de quienes ya he hablado
En mi propia experiencia como profesor universitario en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad de Vigo, me tocó entre otras materias impartir la materia de comunicación radiofónica y no sólo me vino como fondo documental mi propia experiencia en Radio Popular de Orense, que estábamos en la calle Bedoya, donde iniciara la emisora don Pedro Gómez Antón y otros entrañables compañeros. No estuve mucho en la radio, cuatro años en Ourense y otros cuatro en Vigo, antes de desembarcar en la prensa escrita, pero el recuerdo de aquel tiempo me sobreviene gratamente en estas conmemoraciones.
Otras veces, con enorme admiración, me he referido aquí a los iniciadores de la radio en Ourense, gracias a la iniciativa empresarial de Ramón Puga y un planten de creativos colaboradores. Ni los medios técnicos de entonces (el primer magnetófono era de hilo) ni la propia conciencia del valor de lo que hacían permitió que se conservase ni tan siquiera los guiones, al menos que yo sepa o haya logrado descubrir. Todavía alcancé a conocer y tratar a alguno de aquellos pioneros. A los locutores de plantilla como Antonio de Castro Montesinos, Pedro Arcas o Teresina, hay que unir una extensa lista de colaboradores, actores, locutores de espacios dramáticos, como lo fueron Angel Huete, Segundo Alvarado, Sarita Moure, Nolita Nolasco, Pura Vázquez, López Morais, Alcaráz y otros, pero sobre todo el entrañable Luis Madriñán Neira, autor de unas inolvidables “Charlas al viento”, evocaciones costumbristas de un Orense pasado, de enorme valor testimonial e histórico. Yo las escuchaba embobado.
Uno se asombra del nivel y calidad de aquellos programas y de los hombres y mujeres que los hacían como “Proscenio”, un desfile de artistas de tal éxito, que incluso salía de los estudios y cada mes se celebraba una gran final con los artistas seleccionados. Otro programa de éxito fue “Palestra”, espacio deportivo que nada tendría que envidiar a los de ahora. Entre aquellos maestros de la radio, aparte de Montesinos, a quien traté menos, recuerdo la singularidad de Pedro Arcas. Hombre culto y singular, de quienes ya he hablado. Y cuando aparece la Voz del Miño, con Horacio Caneiro, Pepe Núñez, Gerardo Rodríguez y Adela, entre otros, apareció también una radio moderna, de enorme dinamismo en todos los sentidos, ciclo que se completa con Radio Popular, con Gómez Antón, Daniel Hortas, Pepe Platero, Estaban Plaza, Carlos Cabaleiro, Pepe Rupérez, Xeixadelo (que llegó a pasar por las tres emisoras), Rosa Rodríguez, Esperanza., Marián Comes, Amparito, Asunción, yo mismo y otros entrañables compañeros. Allí apareció un día un chico menudito que iba para maestro y se llamaba José Manuel Parada. No está de más que recordemos a aquellos pioneros, cuyas voces y trabajos acompañaron la vida cotidiana de esta ciudad que ama la radio y a la que la radio sirvió.
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