El boqueo a la ayuda humanitaria para un país que sufre hambre y carece de medicinas, podría provocar la ruptura de la unidad militar en Venezuela, que hasta ahora es firme aunque han aparecido no más de media docena de oficiales y jefes anunciando que reconocían a Guaidó como presidente interino.
Maduro, que se siente fuerte con el ejército incondicional -eso cree- más el apoyo de Rusia y China, con grandes inversiones en Venezuela porque no olvidan sus grandes recursos petrolíferos, podría ver que se tambalea la lealtad militar: difícilmente aceptarán los militares que el Gobierno impida la llegada de la ayuda, cuando no hay soldado ni jefe que no conozca casos dramáticos que han llevado a la muerte. La imagen del puente internacional de Tienditas, por donde iba a trasladarse a distintos puntos de Venezuela la ayuda internacional que llegaría al aeropuerto de Cúcuta, es demoledora para Maduro, que se queda sin el discurso de que su prioridad es el bienestar del pueblo venezolano.
La ayuda llegará por otros medios, a aeropuertos de países fronterizos, y por carretera a las ciudades y pueblos venezolanos, ya que el ejército no puede controlar todas las carreteras y caminos fronterizos venezolanos. Pero la certeza de que a Maduro le interesa más su permanencia en el poder que cooperar para que los venezolanos puedan comer o recibir atención médica, no solo pasará factura al presidente chavista sino que afectará a la unidad de unos militares que han sido formados en el patriotismo y el servicio a su pueblo, y que empiezan a dudar de que Maduro sea un patriota. Perderán privilegios, es lo que ha impedido hasta ahora que abandonen a Maduro, pero la ley de amnistía puede ser un elemento a considerar por quienes dudan sobre seguir apoyando a Maduro pero temen represalias por haber abrazado al chavismo.
Maduro intenta hacerse fuerte denunciando que Estados Unidos pretende invadir su país, que puede provocar una guerra civil, que él controla las instituciones y eliminará al que considera presidente fraudulento… pero su negativa a permitir el paso de la ayuda humanitaria puede provocar, más que la política, su final.
