Trump y la UE cercan a Putin

A la espera del próximo volantazo en la estrategia de Donald Trump en relación a la guerra de Ucrania y a como se ha de desarrollar la ayuda a su presidente, Voldimir Zelenski, para que tenga capacidad de resistir y se pueda alcanzar un alto el fuego, como paso previo a unas negociaciones de paz, Estados Unidos y la Unión Europea se han concertado para aumentar las sanciones al Kremlin en el sector en el que más daño pueden hacerle para limitar su fuente de ingresos que dedica a la expansión de su industria militar, la reducción de las compras de combustibles fósiles y un mayor control sobre los petroleros fantasmas con los que burla el embargo.

Los intentos de Trump por intentar llegar a un acuerdo con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se han estrellado con la firmeza del mandatario ruso a quién únicamente sirve una capitulación de Kiev y la cesión de unos territorios en el este de Ucrania que ya ha incorporado de facto a la constitución rusa, y de ahí que haya quedado en suspenso la posibilidad de un encuentro entre ambos mandatarios, como el que estaba previsto durante este mes en Budapest, la única capital europea que puede pisar Putin, y de que Estados Unidos haya decidido aumentar las sanciones que afectan al comercio de hidrocarburos rusos, previstas desde el comienzo de la guerra, pero que Rusia ha burlado fácilmente porque ha encontrado salida a su petróleo y gas en China, -que también ha decidido cumplir con el embargo-, además de en India y Turquía, que se los compran a precios de saldo.

Los intentos de Trump por intentar llegar a un acuerdo con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se han estrellado con la firmeza del mandatario ruso

De forma simultánea con Estados Unidos la Unión Europea ha ampliado las sanciones al comercio de hidrocarburos con Rusia y restringirá paulatinamente las importaciones de gas natural licuado para tratar de ahogar su sector energético. Resulta sorprendente que tres años después de que haya comenzado la invasión de Ucrania por el ejército ruso aún sea necesario establecer nuevos paquetes de sanciones, o que Los Veintisiete no hayan sido capaces de llegar a un acuerdo sobre la última medida de presión contundente sobre el Kremlin para el uso de los activos rusos congelados en ayuda de Ucrania, que le serían de gran ayuda para soportar el esfuerzo económico que representa la guerra y la destrucción de sus infraestructuras energéticas por todo el país, en las que se centran los ataques aéreos rusos .

El cambio de estrategia de Trump, que ora trata de convencer a Zelenski de que ceda territorio ucraniano para llegar a la paz, ora trata de presionar a Putin, tiene además un componente económico que beneficia a su país. Por lo pronto ha trasladado a los países de la OTAN la obligación de comprar armamento de Estados Unidos para que se lo cedan a Ucrania, mientras niega el envío de los misiles Tomahawk que permitirían a Kiev atacar en territorio ruso porque supondría una escalada en el conflicto de dimensiones desconocidas. Y por otra parte, el cierre del grifo al gas natural licuado ruso sería compensado por las compras del mismo producto a Estados Unidos. El empresario Trump siempre trata de hacer negocio.