Opinión

Apocalipsis zombi

Hubo una época en la que las productoras de cine vieron en las películas de zombis un verdadero filón.  Fue un género de consumo masivo que llegó a respetarse cuando la crítica y sus fieles seguidores empezaron a tomárselo en serio. Buenas o bodrios, ahí están. Son historia de nuestro cine. Lo que me parece curioso es que, después de tanto tiempo, haya empezado a ver, no una película, sino toda una serie de nueve capítulos. Ni más ni menos. Pues ahí estamos, con “The  last of us”.  Entre muertos vivientes, apocalipsis y mordiscos salvajes. Los tres primeros capítulos tienen un pase. Veremos al final. Pero la razón para darle una oportunidad, fue por su escena inicial. Apenas cuatro minutos que me fascinaron y que tengo que agradecer tragándome toda la serie. Lo mismo que pasa con “A sangre y fuego”, la imprescindible obra de Manuel Chaves Nogales que, simplemente, es lo mejor que se ha escrito en España sobre nuestra guerra civil. Solo por el prólogo, merece la pena leerlo. Soberbio. 

Volviendo a los come-hombres, en la primera escena, un presentador de televisión pregunta a dos invitados sobre su preocupación ante una posible expansión de una pandemia viral. Para uno de ellos, el mayor temor sería el desarrollo de una epidemia global por contagio aéreo, de manera que todo el mundo enfermará a la vez. Al otro, sin embargo, no le preocupaba en absoluto las bacterias y los organismos, ya que la humanidad habría estado siempre en guerra con los virus y, al final, ésta siempre acaba ganando. Ante el asombro del presentador, afirmó que lo que de verdad le inquietaban eran los aparentemente inofensivos hongos. Porque aunque la actual temperatura del cuerpo humano impidiese una infección fúngica, había determinados hongos que sí invadían a otros organismos, como a las hormigas. Y no tratando de matarlas, sino de controlarlas. Los virus, decía, enferman, pero los hongos pueden alterar la mente. Viajan por el sistema nervioso hasta llegar al cerebro para llenarlo de alucinógenos, sometiendo la mente a su voluntad. Le dice a dónde ir, qué hacer,… La come por dentro, pero no hasta la muerte. La mantiene viva, como a una marioneta. Si eso mismo pasara en humanos, advertía, miles de millones de personas estarían controladas, enfocadas a un mismo objetivo, manejadas al antojo ajeno. 

¿No podría ser que el hongo que vuelve macarras a los humanos en “The  last of us” estuviera ya intentando manipular nuestras mentes al antojo de intereses de élites hoy desconocidas? No en forma de champiñón, claro, pero sí en forma de agenda global, de guerra cultural, de la tecnología, del transhumanismo, del miedo, de la propaganda y el populismo, ¿de chips?, ¿de vacunas? Convertidos en zombis a su capricho.

Que disfruten con salud de lo votado.

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