Opinión

Carta abierta a la clase política

Queridos políticos: ¿Váis a seguir así? ¿Todo el tiempo? ¿Con las redes sociales inundadas de memes contra Felipe VI? ¿Y qué pasa con vosotros, del signo que seáis? ¿Os váis a quitar las mascarillas? Porque el rey no tiene ninguna responsabilidad ni autoridad efectiva sobre cualquier asunto diario, pero vosotros sí. Entonces ¿qué os pasa exactamente? A los que seguís cobrando entre cinco y diez mil euros al mes por aparecer por el Congreso, el Senado o Bruselas para haceros un selfie o soltarle una frase tonta a la alcachofa de un periodista. O sea: ¿os váis a rebajar el sueldo por fin? 
Noooo, de eso ni hablar. Seguiréis dándole a la sinhueso sobre ayudas sociales, medidas económicas (excluyendo bajaros el sueldo) y cosas parecidas. Y al acabar el discursito os volveréis a casa tranquilamente mientras el resto de los españoles nos quedamos viendo el telediario.
Lo del coronavirus que a pesar de su nombre no tiene nada que ver con la Corona, está poniendo en evidencia otro bichito que teníamos aquí desde hace años, uno de casa, uno que teníais vosotros en la sangre.
Lo que os voy a decir como soy un articulista diminuto de provincias va con intención, a ver si políticos y expolíticos españoles me lleváis a los tribunales y me hago famoso como un youtuber de moda, aunque no persigo eso y menos a mi edad. Ahí va: sóis todos, y perdonad la expresión, unos hijos de la gran puta (estas seis palabras están en el diccionario de la RAE junto con otras noventa mil más, lo aclaro por si aparecen algunos "ofendiditos" por ahí). 
Todos. Desde Pedro y Pablo hasta Vilma, Betty o Dino, pasando por los demás "flintstones" (los Picapiedra) del arco parlamentario. ¡Bajáos el sueldo de una maldita vez! Y quitáos los privilegios y prebendas, los coches oficiales, la tarjetita gratis del taxi, la pensión vitalicia, el café en el bar del Congreso a cinco céntimos y todas esas cosas que sumadas son una sangría para nosotros los ciudadanos, y más ahora. Setecientos u ochocientos millones de euros al año según estimaciones. Nos dáis asco. Sóis la vergüenza de este país. 
Y, please, dejad de halagarnos con palabras bonitas por la tele o desde la tribuna alfombrada del Congreso. Dejad de pasarnos la mano por el lomito y haced algo. Ya vale y ya os vale. Como decía una canción no somos tontos, sabemos lo que queremos. Solo somos pacientes como reyes de verdad, como esos dos leones que están a la puerta de vuestra oficina. Los véis todos los días, ¿o no? 
Pues no sé si os habréis fijado pero esos leones están mirando hacia otro lado, al igual que nosotros los ciudadanos. Pero si nos enfadamos en serio lo váis a pasar muy mal. Mucho peor que con el coronavirus, porque ¿sabéis? los leones... al final son leones.
Firmado: un ciudadano. Asustado como todos, y harto como todos.

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