Opinión

La cosecha corta empuja por fin los precios

A escasas fechas de la terminación de la recolección en las provincias más al norte se han confirmado los peores datos sobre las previsiones de cosecha para esta campaña con unas cifras que los más pesimistas sitúan entre los 10 millones de toneladas manejados por la organización agraria Asaja  y  los 12 estimados por las Cooperativas Agroalimentarias,  y desde la iniciativa de los operadores de otros 12 millones manejados por Infomarket. Esta reducción de la producción al fin se ha comenzado a reflejar en los precios en origen que encadenan, con lo que ya han consolidado ligeras subidas en las últimas semanas.

En conjunto, se puede hablar de una reducción media del 40%, porcentaje engañoso si se tiene en cuenta que mientras en unas comunidades autónomas como Andalucía los recortes han sido  escasos e incluso se han registrado incrementos en trigos y cebada, en otras como Castilla La Mancha y muy especialmente en Castilla y León, la zona más productora, las cosechas han caído hasta el 70. Concretamente en Castilla y León, según los datos manejados por Infomarket, la cosecha bajará de 3,2 a  1,3 millones de toneladas en cebada y de 3,5 a 1,5 millones de toneladas en trigos, mientras en Castilla La Mancha la cebada bajaría de 2,5 a  1,6  millones de toneladas y de 0,8 a  0,57 millones de toneladas en trigos blandos.

Esta situación obligará esta campaña a un aumento de unas importaciones ya históricamente elevadas que oscilan entre los 13 y más de 16 millones de toneladas de cereales y donde esta campaña podría ascender a unos siete millones de toneladas de maíz y a otros seis millones de trigos blandos,  0,75 millones de toneladas de cebada y 125.000 toneladas de trigo duro.

Los efectos negativos de la ola de calor se han dejado sentir también en otros países comunitarios que han hecho históricamente elevadas exportaciones de maíz y trigos hacia España, básicamente de Francia, con una cosecha en la Unión Europea estimada en 298 millones de toneladas, aunque se partía de un stock de 38 millones y una demanda esperada de 320 millones de toneladas.

La producción española, ya sea con los 12 millones de toneladas de este año o los 20 millones de la campaña anterior, obviamente no son cifras significativas como para afectar fuertemente a las cotizaciones de los mercados mundiales en los que se fijan los precios y en los que España es uno de los compradores más importantes ante la fuerte demanda de sus importantes cabañas ganaderas intensivas. De acuerdo con ese escenario, a pesar de las fuertes caídas en la producción, los precios de los mercados se han mantenido en líneas generales estables, sin que los analistas y los operadores del sector se atrevan a hacer previsiones sobre el futuro comportamiento de los mercados, poniendo sobre la mesa diferentes variables que pueden influir como la climatología en el continente americano, el cambio del dólar en relación con el euro o la estrategia exportadora de los países del este. Y en definitiva, también las estrategias de los grandes operadores de los mercados mundiales en función de sus intereses.

Esta resistencia a las subidas parece que por fin se ha roto respondiendo a la situación real de la  producción en los mercados más cercanos, con incrementos discretos que se han iniciado en las últimas semanas. Estas subidas parece se están consolidando también por una cierta retención de la oferta de la producción, aunque a la postre los precios en un mercado como el español, tan dependiente históricamente de las importaciones, los marcan los puertos. Ello no es obstáculo para que en ocasiones existan unas cotizaciones más elevadas en los mismos que las existentes en el mercado interior, en unos casos por razones de transporte hasta los puntos de consumo y  en otras ocasiones simplemente por el poder de los almacenistas en sus respectivas demarcaciones. En medio de tantos interrogantes, entre los analistas no se descarta la posibilidad que los mejores precios sean los actuales, para tener un recorte en los próximos meses y repuntar para finales de año. A la primera semana de julio se contemplaban unos precios medios de 180 euros para el trigo bando, 185 para el maíz y 175 para la cebada.

En relación con el mercado de los cereales cabe recordar que de acuerdo con la actual normativa, los operadores están obligados a la realización de contratos con los cerealistas, contratos en los que figuren condiciones de entrega y unos precios fijos o en relación a diferentes mercados o lonjas que consideren oportunas ambas partes. La no firma de un contrato es motivo de sanción por parte de la Agencia para la Información y el Control de la Cadena Alimentaria.

MENOS PAJA Y MÁS CARA
El mercado de la paja tampoco ha sido ajeno a los efectos negativos provocados por la sequía en el sector de los cereales y los precios han registrado igualmente un incremento que podía ser muy superior en los próximos meses si no hay una buena otoñada en las zonas ganaderas extensivas más importantes en vacuno de carne.

España es un gran país productor de paja y además de calidad frente a la existente en países  comunitarios al norte. Teóricamente se estima que la producción media de paja por hectárea se sitúa en términos de peso en un 40% de la producción obtenida de grano. Eso supone una cifra media en el entorno de los 1.000 kilos de paja por hectárea en un año normal. Con una superficie media cercana a los seis millones de hectáreas de cereales de invierno, la producción de paja esta campaña, consecuencia de la sequía, se podría  reducir a cinco millones de toneladas. En medios del sector se estima que de ese volumen de paja aproximadamente se recoge un 80%, lo que esta campaña dará unas disponibilidades de cuatro millones de toneladas que se suman a unas existencias importantes de la campaña anterior.

En esta coyuntura, los precios de la paja arrancaron la campaña con una cifra media de cinco céntimos de euros por kilo en origen y empacado, cifra que se situaba en los ocho céntimos el kilo puesta en granja de ganadero para la paja de trigo y de once para la de cebada, aunque  los costes de transporte son elevaos pero muy variables en función de la distancia, precios que se van encareciendo  semana tras semana ante el fin de la recolección y los resultados de la misma. 

Para los precios futuros de la paja serán claves las condiciones climatológicas de los próximos dos meses y la existencia o no de una buena otoñada. 

España, por la calidad de su paja, es un país importante exportador. Según los datos manejados por una de las grandes empresas del sector, la abulense Europaja, aproximadamente se coloca en el exterior el 50% de la oferta. Un 10% se destina a la producción de combustible y  la parte restante para el consumo animal, bien directamente en las explotaciones o vía para las fábricas de piensos. 

Destaca asimismo la exportación de paja a los países del norte de la Unión Europea, pero sobresale muy especialmente, sobre todo por  su distancia, a Japón, a los países árabes del Golfo y al norte de Marruecos para nuevas explotaciones ganaderas. 

LA MATERIA PRIMA
Para el gerente de la empresa Nual, en Burgos, que comercializa unas 24.000 toneladas de paja desfibrilada, Fernando Martínez, una de las razones de la demanda de paja desde otros países es la calidad de la materia prima española,  por las condiciones climatológicas en las que se hace el cultivo. n
 

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