De "puteros" y "casa de citas" en el parlamento

Publicado: 29 may 2024 - 07:00

El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, retiró del diario de sesiones la palabra “putero” con la que jugaban al pimpón la diputada socialista Paloma Castro y la viceportavoz popular Paula Prado para lanzarse el supuesto cálculo en cada bando de la clientela que acude al lupanar. La moción que se debatía a propuesta del BNG versaba sobre un cambio en las políticas de igualdad de la Xunta, la diputada socialista propuso añadir una enmienda para que la Cámara se posicionase a favor de abolir la prostitución tras no salir adelante en el Congreso por la “hipocresía de las fuerzas que se declaran progresistas, por la presión del lobby proxeneta y porque hay muchos puteros entre los que votaron en contra”. Sólo el PSOE, BNG, Coalición Canaria, UPN y José Luis Ábalos del Grupo Mixto votaron a favor, mientras Vox y Podemos se abstuvieron, por lo que Castro situaba a representantes de los otros partidos a las puertas del serrallo.

La diputada nacionalista Pilar García Negro los descolocó con un comentario cargado de retranca sobre la escasa cosecha propia en las intervenciones

Paula Prado pidió la palabra por alusiones y sacó del fondo de la hemeroteca casos como Luis Roldán y de la superficie otros más recientes como el de los ERE en Andalucía o el del Tito Berni. Que si “en el PP no hay puteros”, que no sabe “si el PSOE puede decir lo mismo...”. Hasta que Santalices cortó la refriega retirando el término “putero” del diario de sesiones ante la negativa de la diputada socialista.

Las cámaras autonómicas no deberían emplearse para apuntar las posiciones del partido en Madrid. Lo hacen todas las formaciones de obediencia estatal según el interés de la agenda política. Sucede también en plenos municipales, donde en vez abordar la traída de agua, el asfaltado de calles o el programa de la verbena, a veces los ediles se ven en el brete de posicionarse según le ordenan en asuntos como la amnistía, el apoyo a Ucrania, la condena a Israel o el reconocimiento de Palestina.

Hace unas cuantas legislaturas, cuando a sus señorías les encantaba escucharse recitando frases célebres de otros en vez de tirar de la cansina e invasiva agenda estatal, la diputada nacionalista Pilar García Negro los descolocó con un comentario cargado de retranca sobre la escasa cosecha propia en las intervenciones: Máis que o Parlamento isto parece unha casa de citas”. Pero sin puteros.

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