María San Gil

Todos los militantes del PP y el PSOE merecen el respeto y tienen la admiración de todos los demócratas porque se juegan la vida en la defensa de unos ideales. María San Gil, que al ser la líder del PP en el País Vasco corre más peligro que otros, cuenta con el cariño, la admiración y el respeto de todos los demócratas. Pero esa plusvalía política no puede evitar que se pueda hacer un análisis de su actividad política. Si los políticos tienen una vara de medir infalible, como son los resultados electorales, San Gil hace mucho tiempo que sólo obtiene suspensos. Si en vez de hacer política en el País Vasco San Gil ejerciera su liderazgo en Castilla-La Mancha con los mismos resultados la hubieran obligado a dimitir hace años. Pero María San Gil pretende no sólo marcar la ponencia política del PP sino el paso de Mariano Rajoy, utilizando para ello, no su valía política sino, su valor para ejercer la política.

El tiempo dirá si su movimiento es para evitar que Mariano Rajoy la saque del cartel electoral para las próximas elecciones autonómicas, o se prestó a ser el ariete de la derecha contra Rajoy, para colocar cuando llegue el momento a uno de los suyos al frente del PP. Sea como sea, lo que está claro es que si Mariano Rajoy quiere ganar las elecciones tiene que conseguir más votos en el País Vasco y en Cataluña. Y algunos que ya no aspiran a nada, como Jaime Mayor Oreja, prefieren el discurso de la extrema derecha aunque eso lleve a la derrota. San Gil, Mayor Oreja, Aguirre, Zaplana y Acebes, con sus salidas destempladas, están haciendo a Mariano Rajoy un hombre del centro.