El Posío, Covadonga y Vinos, el triángulo de la droga en la ciudad
Los grandes proveedores no viven en Ourense, y “hay mucho intermediario”, explica el jefe del Grupo de Estupefacientes
El tráfico de drogas en la ciudad de Ourense hace años que no se circunscribe únicamente a Covadonga, pese a que sigue siendo el punto de venta más importante. En la actualidad el triángulo de la droga está formado por Covadonga, la zona del Posío y la zona alta de la ciudad -Vinos, calle San Francisco, avenida de Buenos Aires etc-.
En estos lugares es donde se instalan mayoritariamente los puntos negros de la ciudad, aquellos donde se produce la venta de droga de manera habitual. “No podemos siempre esperar al kilo de cocaína, desde nuestro punto de vista hace tanto daño el que vende medio gramo como el que vende un kilo”, explica Miguel Marín, jefe del Grupo de Estupefacientes.
Esto no significa que solo se localicen allí, tal y como demuestra el hecho de que se han llevado a cabo operaciones en otras zonas de la ciudad, como en el barrio de As Lagoas o en O Couto. La mercancía entra en la ciudad principalmente vía Madrid, Portugal y Pontevedra.
De hecho, los grandes proveedores no viven en la ciudad. “Hay mucho intermediario en el camino de la droga, hasta que llega al consumidor pasa por muchas manos”, apunta Marín. En Ourense hay principalmente dos tipos de traficantes, el de bajo escalafón que vende para costearse su vida diaria sin ambición de prosperar en el mundo de la droga y por otra parte el mediano traficante, que adquiere mayor cantidad de droga y en ocasiones lleva una vida de lujo en la que adquiere, por ejemplo, vehículos de alta gama.
“¿No les haces daño?”
“Solamente vender un gramo de cocaína ya es tráfico de droga, algunos dicen ‘vayan a por los grandes que nosotros no hacemos daño a nadie’, y a las cien personas que van todos los días a comprar, ¿no les estás haciendo daño?”, asegura Marín.
Los estilos de venta de droga también son variados. Mientras en Covadonga predominan los narcopisos donde los consumidores adquieren su dosis y se la toman en las narcosalas, hay otros puntos de tráfico que tienen un funcionamiento distinto.
Un ejemplo claro es el piso desarticulado hace unas semanas en la calle Progreso, al lado de la vieja cárcel. En este caso los presuntos traficantes proveían de la mercancía a los consumidores de distintas formas, se la suministraban tirándola por la ventana o la dejaban escondida en lugares como una rueda.
Otra de las diferencias entre puntos negros es la calidad de la mercancía. En Covandonga, para la preparacion de la dosis se usan sustancias de corte como ácido bórico, cafeína o paracetamol, por lo que al final la cantidad de droga pura es muy baja, pudiéndose adquirir dosis por apenas cinco euros. Mientras, en otros lugares es más pura, lo que aumenta su precio.
“A un traficante de drogas en Ourense lo único que le puedo decir es que yo no dormiría tranquilo porque, cuando menos te lo esperes, te están tirando la puerta abajo”, asegura Miguel Marín.
Al igual que en el caso de los traficantes también hay distintos perfiles de consumidores. Está el esporádico, que es el que solo toma droga, por ejemplo, los fines de semana, compra sus gramos en un lugar que sabe que le van a vender mercancía de calidad y durante la semana hace su vida normal, y luego está el consumidor habitual.
Drogas más consumidas
Marín explica que las drogas más consumidas son la cocaína y el hachís. En la preferencia por una u otra influye el factor edad asociado a las capacidades económicas. Los adolescentes que consumen, algunos empiezan ya a los 14 años, se inclinan por el hachís porque es más barato mientras que a partir de los 20 con la incorporación al mercado laboral y la entrada de dinero al bolsillo cambia la tendencia mayoritaria hacia la cocaína.
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