Afrontar la obesidad requiere reconocerla como algo crónico

La directora de Proyectos de la Fundación Gaspar Casal, Alicia del Llano, afirmó este miércoles que la obesidad debe ser reconocida “legalmente” como una enfermedad crónica, medida que forma parte de una hoja de ruta propuesta por un informe elaborado entre la fundación y Lilly para afrontar esta patología.

En el documento también se subraya la necesidad de transformar los entornos obesogénicos en saludables; de avanzar hacia el enfoque de “Una salud” en todas las políticas, evaluando el impacto en salud más allá del ámbito asistencial; reforzar la Atención Primaria y crear unidades multidisciplinares para el abordaje integral de la obesidad; regular los determinantes sociales de la salud; o combatir el estigma y la discriminación.

“Todas estas medidas comparten un propósito común, alcanzar la equidad, y la equidad solo es posible si entendemos la salud como una responsabilidad compartida”, expuso Del Llano durante la presentación del informe en el Ministerio de Sanidad. Tras ello, manifestó que la obesidad no es un asunto de voluntad individual, y que es “imposible” comprenderla sino se tienen en cuenta factores como la vivienda, el empleo, la educación, la renta, el consumo, la alimentación, el género o la salud mental.

“Uno no elige dónde nace, ni el barrio donde vive, ni el nivel educativo o económico de la familia donde crece, ni los entornos a veces saludables y a veces profundamente obesogénicos donde desarrolla su vida. Y, sin embargo, estos factores determinan más la salud que cualquier otra decisión individual”, detalló.

El informe: incide en que “es una desigualdad”, y que no todas las personas tienen las mismas oportunidades

De forma parecida se pronunció el director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Pedro Gullón, quien ha expresado que situaciones como vivir en un barrio con menos disponibilidad de alimentos saludables o en barrios sin zonas deportivas, o tener trabajos con un menor tiempo para seguir hábitos saludables, tienen un impacto en la obesidad y en la desigualdad de su atención.

Gullón también destacó la importancia que desde las administraciones públicas se abandonen los enfoques individuales sobre la obesidad, al mismo tiempo que trabajen por eliminar los estigmas asociados y garanticen la equidad en salud, y que un ejemplo de ello es la reciente aprobación del Real Decreto de comedores escolares. Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), Diego Bellido, enfatizó que este informe se incide en que la obesidad “es una desigualdad”, y que no todas las personas tienen las mismas oportunidades de llevar una vida saludable, una brecha que mientras exista “no se podrá abordar” esta enfermedad en España.

“El documento que se presenta pone sobre la mesa una evidencia rigurosa y una mirada integral que nos recuerda que el exceso de peso afecta en nuestro país a casi 20 millones de personas, y que las tasas son mayores en los entornos más vulnerables”, incidió. Es por ello por lo que reclamó una estrategia nacional que sitúe la obesidad en el centro, y que se actúe tanto desde la sanidad como la educación, el consumo, la economía, el trabajo, el urbanismo o la agricultura.

La colaboración entre médicos, sociedad y farmacéuticos, esencial para la salud pública

El profesor emérito de Endocrinología Javier Salvador afirmó que actualmente se vive una “época dorada” en la investigación sobre la obesidad, lo que permitió tener “muchísima más claridad” sobre la fisiopatología de la enfermedad. Salvador destacó que la Atención Primaria es la “base fundamental” para prevenir, diagnosticar y tratar la obesidad, aunque subrayó la importancia de una atención multidisciplinar que incluya endocrinos, cardiólogos e internistas, ya que la obesidad “actúa prácticamente sobre todas las enfermedades”.

Por su parte, Tamara Peiró, responsable del Área Asistencial del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, señaló que la farmacia comunitaria tiene un “papel fundamental” en la prevención de la obesidad, especialmente en zonas rurales y municipios pequeños. Los farmacéuticos pueden formar a la población en hábitos saludables, actividad física y alimentación, combatir bulos sobre dietas y complementos, identificar factores de riesgo y orientar a los pacientes sobre los medicamentos disponibles y su uso.

Además, Peiró destacó que la cercanía de los farmacéuticos permite un seguimiento continuado del paciente, facilitando la detección precoz de problemas asociados a la obesidad. También subrayó la importancia de la educación sanitaria para modificar conductas y hábitos de vida, y fomentar el autocuidado. El trabajo conjunto entre médicos, especialistas y farmacéuticos contribuye a un abordaje integral y efectivo de la obesidad, mejorando la calidad de vida de las personas afectadas.

Finalmente, Salvador remarcó que los avances científicos actuales permiten desarrollar tratamientos más personalizados, adaptados a las necesidades de cada paciente, y que la investigación continua es clave para anticiparse a nuevos retos en la prevención y manejo de la obesidad. Además, Peiró señaló que la colaboración entre sectores y la concienciación social son esenciales para lograr un impacto duradero en la salud pública.

El enfoque integral permite mejorar la prevención y diseñar estrategias eficaces

En el marco de la lucha contra la obesidad, se insistió en la necesidad de reforzar la prevención desde la infancia hasta la edad adulta, combinando educación, formación profesional y apoyo comunitario, todo ello mediante una “alianza” entre instituciones, los sectores implicados y la propia ciudadanía.

La directora de Relaciones Institucionales de Lilly, Teresa Millán, señaló que el documento presentado permite aumentar el conocimiento sobre esta patología, algo necesario no solo para diseñar tratamientos eficaces, sino también para prevenirla de manera adecuada.

“Para hacer medicamentos tienes que conocer las enfermedades. Y esta es una enfermedad crónica, compleja, con un origen multifactorial y que va más allá de los meros condicionantes biológicos. Es una enfermedad que tiene también otro tipo de condicionantes, como son estos condicionantes sociales. Si queremos entender bien una enfermedad tendremos que abrir un poco nuestras miras e identificar los problemas o las causas que pueden originarla”, agregó.

Millán destacó que este enfoque integral permite mejorar la prevención, diseñar estrategias más eficaces y orientar políticas de salud pública, así como concienciar a la sociedad sobre la necesidad de actuar de manera conjunta. Subrayó también la importancia de incorporar a profesionales de distintos ámbitos, desde la salud hasta la educación, para abordar la obesidad de manera multidimensional.