"Arquitectura preventiva" y la inhabitabilidad de los espacios públicos

PROBLEMAS DE CONVIVENCIA

La "arquitectura hostil" es una corriente arquitectónica que busca restringir espacios públicos para evitar que personas sintecho los ocupen, como una forma de ocultar un problema social en lugar de atacarlo e intentar resolverlo. También se aplica para reducir problemas en rincones que generan inseguridad ciudadana o propensos a genera suciedad

Publicado: 19 mar 2025 - 06:50 Actualizado: 19 mar 2025 - 12:01

Ejemplos de arquitectura hostil en diferentes ciudades
Ejemplos de arquitectura hostil en diferentes ciudades | La Región
Banco urbano diseñado para estancias cortas. Ph. Jason Eppink
Banco urbano diseñado para estancias cortas. Ph. Jason Eppink | Flickr – Licencia CC BY-SA

La arquitectura hostil, también definida como preventiva, defensiva o de diseño excluyente, tiene como objetivo el impedir y restringir el uso de algunos de los espacios públicos por parte de la población, de colectivos concretos. Este resultado se consigue a través de la alteración de los proyectos urbanos, de la modificación del mobiliario urbano convencional, así como también mediante la implementación de elementos disuasorios en las calles de las ciudades.

Este tipo de arquitectura es muy fácil de indentificar, ya que en sus propuestas suele incorporar barrotes de hierro, pinchos en pórticos o puentes, así como también otros elementos de mobiliario urbano que pasan más inadvertidos, como son los bancos unipersonales o con reposabrazos que, aparentemente no son necesarios o se interpretan como modernos o novedosos, pero cuyo objetivo es dificultar la estancia de una persona durante largos períodos de tiempo. En definitiva, que no puedan tenderse o dormir en los bancos públicos ocupando un espacio para lo que el banco no está pensado. El banco pretende "repeler" al indigente. Por tanto, este tipo de desarrollo arquitectónico supone una forma de control sobre la población mediante elementos como son el diseño, la luz o el sonido.

Gente sintecho en las calles de Ourense
Gente sintecho en las calles de Ourense | La Región

Afectados por la arquitectura hostil

Este tipo de modificaciones arquitectónicas están destinadas a influir en diferentes grupos de personas y en su comportamiento o pretensiones, en especial en las personas sintecho o personas con problemas de drogadicción aunque también son elementos disuasorios de jóvenes que practican deportes urbanos como son el skater o el parkour.

Aunque estos colectivos están en el foco, Pero este tipo de arquitectura también perjudica al público en general: los bancos individuales dificultan la comunicación entre amigos o familias, hacen difícil resguardarse bajo portales o puentes en los días de lluvia...

Jardineras acotando la vía y bolardos para evitar el estacionamiento.
Jardineras acotando la vía y bolardos para evitar el estacionamiento. | La Región

Los más impactados en estos espacios son las personas sintecho, ya que además de las diferentes adversidades a las que se enfrentan las personas sin hogar, también deben combatir las obstaculizaciones de la arquitectura hostil.

Elementos más utilizados

Entre los principales elementos aquitectónicos utilizados en la arquitectura hostil, los más frecuentes son:

  • Pinchos, bloques y barreras bajo puentes y lugares con techo
  • Asientos en bancos y marquesinas separados por reposabrazos
  • Rejas o vallas en poyetes
  • Bancos individuales o circulares

Este tipo de infraestructuras pretenden combatir el sinhogarismo, obligando a las personas sin techo habitar en lugares inhóspitos, tratando de "camuflar" un problema social en el que corresponde a las administraciones públicas tomar cartas en el asunto.

Alternativas a la arquitectura hostil

El polo opuesto a este tipo de arquitectura es el diseño urbano inclusivo, que busca crear entornos accesibles y acogedores para todas las personas, sin importar sus características individuales. Este tipo de arquitectura busca garantizar una convivencia cómoda y segura para todos los ciudadanos, sin casetas en los rincones, sin orines en los portales, sin las consecuencias de la drogadicción en las esquinas.

En todo caso, son realidades que existen en las ciudades para las que se reclaman, en paralelo a medidas de este tipo que no dejan de ser solo arquitectíonicas, programas de atención social transformadores de estas conductas. En este sentido, hay corrientes que ponen el foco en cómo la arquitectura hostil afecta al conjunto de la sociedad debido a los problemas de convivencia que genera, por el feísmo que también provoca y desviación de soluciones reales al problema.

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