El Gran Dictador

Publicado: 30 oct 2021 - 00:21

Hoy, mientras leía la prensa, me ha venido a la mente la grandiosa película El Dictador del genio Charles Chaplin con su aportación cómica de aquel personaje, de cuyo nombre no queremos acordarnos, y cuánta emoción en aquel discurso final donde esta estrella del cine nos dejaba helados y con lágrimas en los ojos con todo un recital de paz; ahora sí, con la seriedad que requiere el momento.

Sin llegar a la barbarie de aquellos tiempos atrás y que quedan para los libros de historia y aprender del pasado y que esto no vuelva a suceder, miro nuevamente la prensa y esa figura nuevamente no falla y es titular de las noticias locales.

Pues yo me imagino a nuestro alcalde copiando aquel discurso tal que así: “Lo siento, pero yo no quiero ser emperador, ese no es mi oficio, no quiero gobernar ni conquistar a nadie sino ayudar a todos si fuera posible.”.

Seguramente Charles Chaplin incluiría en esta escena a la multitud partiéndose de risa. Seguramente en la escena una risa estridente se convierte en el foco de atención por la imposibilidad de detener el llanto mientras la masa de gente le observa y se pregunta si poco le faltará para mearse encima.

Mientras, el alcalde al que por efectos cinematográficos parece que su nariz va teniendo un tono rojizo y con forma redondeada, continúa su discurso...”la codicia ha envenenado las almas.., nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos...el poder que se le ha quitado al pueblo, se le reintegrará al pueblo.”

Y ahora sí, el susodicho ya no puede más y la gracia del discurso se une a la imagen de un hombre meándose encima, acto que lejos de avergonzarle muestra a los demás la mancha sobre su pantalón oscuro.

Pues sí, podría ser un intento de sacar humor de lo que políticamente es una barbarie.

Ante nosotros leemos diariamente titulares tales como “Las cuentas de DO, vagas y opacas: único partido sin detallar los gastos”, “Sí acelera el paso para manejar 2.800 euros más al mes”, “La fiscalía se querella por malversación de caudales públicos” etc, por no mencionar otras de las muchas actuaciones sin sentido de esta “inteligencia artificial”, como dice Caramelo.

En medio de noticias diarias del absurdo, no dejo de preguntarme, ¿dónde está el orgullo ourensano que parece no afectarle que un “político” así lleve a la deriva a nuestra ciudad? ¡Con el potencial que tenemos!

Pues sí, me entristece esa resiliencia ourensana que aún teniendo delante a tal personaje nos dejemos llevar.

Quiero pensar que somos gente buena y que la justicia hará su papel y espero que esto sirva para que en próximas ocasiones esto sirva para aprender, y que esta figura quede en los archivos dedicados a “políticos rechazados”.

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