El invitado impasible

Publicado: 13 sep 2025 - 01:40

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La presencia del monarca se convirtió en el invitado impasible en la inauguración del año judicial y donde no solamente se limitó a la frase protocolaria “queda abierto el año judicial 2025-2026. Se levanta la sesión”. El rey mantuvo el rostro serio y circunspecto. Antes, durante y después del acto, siempre y en todo momento respetando la solemnidad del propio evento. La tensión estaba en el ambiente. Tanto el Fiscal General como la presidenta del Consejo General del Poder Judicial rezumaban sendos discursos que al final, encerraban sus intervenciones.

Obviamente, el personaje más buscado fue lógicamente Álvaro García Ortiz, cuyo discurso recibió un solapado aplauso, al contrario de Isabel Perelló que fue más sonoro. “Es un honor, como jurista, como fiscal y como ciudadano de este país, estar hoy aquí en el Salón de Plenos del Tribunal Supremo” y en estos términos inició García Ortiz su discurso, añadiendo que “Soy plenamente consciente de las singulares circunstancias de mi intervención como consecuencia de mi situación procesal. Respeto todas las opiniones que sobre el particular puedan manifestarse, y solo haré una mención al respecto en este discurso: Si estoy aquí como Fiscal General del Estado, es porque creo en la justicia y en las instituciones que la conforman. Creo en el Estado de derecho, en la independencia del Poder Judicial, en los principios de legalidad e imparcialidad. Y, por supuesto, también en la verdad”.

Claro que fue mucho más contundente la presidenta del CGJP, quien recordó que “cada cargo público es responsable de sus actos”

Y continuó “Hago un humilde llamamiento para reclamar el máximo respeto a la función de la Fiscalía española, al trabajo de todos los fiscales. Creo firmemente en el Ministerio Fiscal como la institución fuerte que es. Sólida, confiable, que vertebra un país y que garantiza el cumplimiento de la Ley. Una institución enérgica, activa, que no sucumbe ante los embates o ataques de los delincuentes”. Todo un delicado discurso.

Claro que fue mucho más contundente la presidenta del CGJP, quien recordó que “cada cargo público es responsable de sus actos” y después dijo “resultan totalmente inoportunas y rechazables las insistentes descalificaciones a la Justicia, provenientes de los poderes públicos”, ha declarado añadiendo “tal forma de proceder socava de forma directa la confianza en la Justicia, al tratar de influir negativamente en la consideración ciudadana de los jueces”.

Isabel Perelló continúo señalando que “la confianza y la credibilidad en la Justicia son un bien común que debe ser preservado, porque de ellas depende la fortaleza misma de nuestro Estado de Derecho”. Además, resaltó que “a esta tarea no está llamado únicamente el Poder Judicial, aunque en él recaiga la responsabilidad principal, sino también los demás poderes del Estado, cada uno en el ámbito de sus competencias”.

Ante la seriedad del soberano, toda la judicatura tuvo tiempo de leer ambos discursos y sacar a colación el que más le impactó. Por la respuesta de los aplausos, parece que tuvo más preferencia el de la presidenta del CGPJ.

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