Las lluvias

Poetas y compositores han escrito grandes piezas con fondo de lluvia, esas gotas de cristal que caen de las nubes cansadas de divagar al vaivén de los vientos caprichosos. ¿Pesan las nubes?

La lluvia se manifiesta torrencialmente, trágica, o suave como un violín que solloza. A veces se desploma en chaparrón de furia pasajera, y también puede presentarse temerosa de hacer daño en su caída, como pidiendo perdón. La lluvia es ese fenómeno natural que limpia y prepara el lugar para que el oro del sol luzca más bruñido. También el líquido elemento puede ser a veces piedra dura, destructora, y otras, blando copo blanco que cae en silencio. Y tras este pequeño y elemental comienzo sobre lluvias habituales, nos referiremos a las que no lo son tanto. Anomalías que las alturas regalan con gusto un tanto dudoso, como la que da pie a esta columna: lluvia de arañas. Imagínense, queridos lectores, que de pronto en la calle les empiezan a caer arañas por doquier. Pues esto es lo que les pasó a los ciudadanos de São Thomé das Letras (Brasil), que quedaron aterrorizados ante tal acontecimiento. El extraño chubasco se debe, según los biólogos, al complejo, pero perfecto ritual de apareamiento de estos grupos de artrópodos, los cuales no representan peligro alguno. Es su método ancestral para procrear descendencia sana y duradera.

Pero no es algo único. Podemos recordar otras lluvias raras que nos impactaron en su momento, para las que hay explicación.

Rituales difíciles de explicar en este pequeño espacio, porque la naturaleza en su centro arcano guarda todos los secretos y nos dice el cómo, pero nunca el por qué. Así, a través de observaciones, estudios e investigaciones, podemos llegar a saber la mecánica de la realización de estas cosas, pero se nos escapa aquello que hay detrás de ellas. Esta precipitación es una más que acaece en el mismo lugar. Pero no es algo único. Podemos recordar otras lluvias raras que nos impactaron en su momento, para las que hay explicación.

Lluvias de animales succionados por grandes tormentas, de ranas y peces, de sangre… Pero también están las deseadas e inalcanzables, las que enamoran en la lejanía, solo vistas con los sistemas de la NASA y centros similares internacionales. Lluvias que hay que buscar en los reportajes dedicados a nuestro sistema solar. Diamantes puros, fastuosos, gigantes e iridiscentes. Lágrimas del llanto eterno de Neptuno y Urano. Maravillas lejanas del espacio. Maravillas del universo.