Opinión

Alice Cooper: serpientes en la carretera e historias de rock’n’roll

Alice Cooper, durante uno de sus conciertos.
photo_camera Alice Cooper, durante uno de sus conciertos.
En “Detroit Stories” de 2021, Alice Cooper rindió homenaje a su lugar de nacimiento

Lancen ustedes un dardo a un calendario o a un mapamundi y lo más probable es que aterrice en una fecha o lugar en el que Alice Cooper se presente en concierto o esté en camino hacia el próximo concierto. Sin mostrar signos de desaceleración en su sexta década como intérprete en vivo - ¿existe alguna razón por la qué debiera hacerlo? – Alice Cooper después de haber completado una larga gira por Europa y el Reino Unido con los Hollywood Vampires, recorrió parte de América en la gira conjunta por estadios de Def Leppard y Mötley Crüe y se está preparando para la inminente gira “Freaks on Parade” en la que comparte cartel con Rob Zombie. Una vez que finalice esta serie de fechas, Cooper tiene un descanso de 9 días antes de que otro nuevo tour le lleve hasta la última fecha de su agenda de 2023: Ciudad de México, México D.F. Con este bagaje, más lo acumulado de las décadas anteriores, si alguien está cualificado para crear un álbum conceptual sobre lo que es estar de gira, ese es Alice Cooper.

Alice Cooper, como cualquier artista en el mundo del rock que acumula ya más de 50 años de carrera, ha vivido épocas mejores y peores, ha hecho obras maestras y discos olvidables, pero siempre hay algo que en poner en valor con respecto a su actitud como músico: nunca ha sido acomodaticio ni autocomplaciente. Baste repasar su trayectoria en los años 90 y en la primera década del 2000 para comprobar como siempre, a veces con más o menos acierto, siempre trató de reinventarse, de añadir a su estilo sonoridades, estilos y elementos musicales nuevos y cuando ha considerado que era mejor hacer un tipo de hard rock más clásico, más apegado a sus raíces, lo ha hecho sin que en ningún momento suene repetitivo o meramente nostálgico. Así sucede con su nuevo álbum de estudio, “Road”.

En su anterior “Detroit Stories” de 2021, Alice Cooper rindió homenaje a su lugar de nacimiento, así como a la leyenda musical que esa ciudad se hizo a sí misma con canciones ligadas a su historia en el rock como “Our Love Will Change the World” de Outrageous Cherry, “Sister Anne” de MC5 y “East Side Story” de Bob Seger. Acompañado de casi una docena de canciones coescritas con el veterano productor Bob Ezrin y una versión de apertura del álbum de “Rock & Roll” de la Velvet Underground, fue uno de los álbumes más consistentes de la boa constrictor del rock´n´roll desde principios de siglo.

Bien, pues donde “Detroit Stories” presentó una lista de personal que incluía a los sobrevivientes de la banda original de Alice Cooper, el guitarrista Joe Bonamassa y miembros de Grand Funk Railroad, MC5 y U2, “Road” incluye a la banda de gira actual de Cooper, un grupo que conoce y empatiza con los movimientos de su jefe al dedillo. El productor que regresa, Bob Ezrin, quien trabajó por primera vez con Cooper en “Love It to Death” de 1971, está aún más en sintonía. Y se nota.

Y al igual que “Detroit Stories”, “Road” cuenta una historia personal. Si bien el álbum anterior sirvió como hoja de ruta hacia las influencias de Cooper y sus primeros años profesionales, su vigesimonoveno álbum de estudio es más una crónica testimonial en audio. “Sé que estás buscando pasar un buen rato / Así que déjame presentarte a un amigo mío”, canta en las primeras estrofas de “I´m Alice”. “Soy Alice, soy el maestro de la locura, el sultán de la sorpresa”. Las sorpresas, en verdad, son escasas; “Road” recorre un territorio muy trillado, pero el músculo que la mueve hacia adelante es la clave de esta autopista.

No es casualidad que el álbum suene como un concierto. “Sombrero de copa, bastón, luces de la sala, grabación de introducción: es el momento”, declara en “Welcome to the Show”, recordando la invitación que hizo en 1975 para su primer disco con la banda homónima, “Welcome to My Nightmare”. Un tema que romperá con todo si Mr.Fournier se decide a incorporarlo al set-list, al igual que “Dead Don´t Dance” y “Go Away”, dos temas porentes, hardrockeros y enérgicos, temas muy “catchy”, como dirían los anglosajones y que también son de los que levantan la mano para ser incluidos en el set-list.

Otros títulos confirman el concepto y la naturaleza de “Road” como una cátedra sonora de rock´n´roll: por supuesto “White Line Frankenstein” -que trata sobre un camionero ficticio que vive en la carretera- merced a la excepcional colaboración del guitarrista de Rage Against the Machine, Tom Morello, “Rules of the Road”, “Road Rats Forever”, la magnífica “Big Boots”, clara candidata a single en mi opinión, con ese ritmo rockanrollero y ese sensacional piano, “100 More Miles” y una versión de “Magic Bus” de The Who, completada con un solo de batería y vítores del público al final del álbum, a modo de final del concierto.

Teniendo en cuenta lo fuerte que es su banda para las giras desde hace mucho tiempo, siempre ha sido desconcertante que Alice nunca haya grabado un álbum de estudio con ellos hasta este “Road”: los guitarristas Ryan Roxie, Nita Strauss y su compañero en los Hollywood Vampires Tommy Henriksen, el bajista Chuck Garric, que ha estado con Cooper durante 20 años y el poderoso batería Glen Sobel. Pero el maestro de ceremonias se ha dado cuenta de cómo estaba desaprovechando el diamante en bruto que tenía en sus manos: “Para ‘Road’, quería que la banda participara en la creación de todas las canciones. Sólo veo a estos chicos cuando estamos de gira. Entonces, quería que se implicasen, que trajesen ideas y que hicieran este disco en gran parte conmigo. Cuando tienes una banda tan buena, ¿por qué no aprovecharla?”. ¡Bingo, Mr.Fournier!

Es posible que cara a próximas giras, las guillotinas, las serpientes, las camisas de fuerza y los números al estilo Houdini ya no sean necesarios, aunque haya quien los eche de menos recordando los años 70. Si les soy sincero, yo también lo echaré de menos en parte. Pero si la próxima vez que vea a Alice Cooper basa su show en estas canciones y la banda se deja la piel en escena, estoy seguro de que olvidaré la parafernalia. Ojalá que sea así.

Te puede interesar