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Un día de esta semana, cuando eché mano del móvil y abrí la aplicación de mensajes, percibí pronto la presencia de un circulito azul con la denominación Meta AI. Creí que se trataba de una broma más de un amigo al que cariñosamente apodamos el Meta por su tardía afición a la actividad deportiva y porque cuando narra sus gestas suele decir que cuando va muy agotado siempre cree que “han robado la meta, al menos la pancarta”.
No, no era él. Se trataba de otro tentáculo controlador de Mark Zuckerberg, el enemigo/amigo reversible de Trump. Claro, la castidad tecnológica es dura, quién no sucumbe a fuchicar en la aplicación. Decidí preguntarle al cacharro de la inteligencia artificial que se autoinvitó a figurar entre mis contactos algunas cosas básicas. La primera, qué sabes de Ourense. En segundos respondió varias generalidades y alguna genialidad. Por ejemplo, que andamos por los 110.000 habitantes, unos 5.000 más de los que hay, que tiene la catedral de San Martiño, el Puente Romano y “el Castillo de Ourense” como principales monumentos. Sospecha, eso sí, que somos tripeiros porque la segunda reseña es gastronómica, destacando el pulpo, el caldo y “los empanados” (pobres, pensé yo). En fiestas, zanja la cosa con una referencia al San Martiño para dar relieve luego a la “Festa da Virxe do Camiño”. Como tenía el día ocioso pedí que averiguase quién es un tal Rueda, que sale en el Telexornal. Aclara que es un apellido habitual de España y América Latina y que también hay con esa denominación un municipio de Valladolid. Ya puestos requerí información sobre Baltar, más que nada por ver la retentiva que tiene de la historia de Ourense. Encontró a un tal “Gaius Baltar, un personaje de la serie de televisión “Battlestar Galáctica” (2004-2009), interpretado por James Callis” (sic). Y claro, tocaba Jácome. Me sentí burlado porque me devolvió las preguntas: “¿Podrías proporcionar más contexto o detalles sobre Jácome? ¿Es un personaje histórico, un artista, un político, o alguien conocido en un campo específico? Con más información podré ofrecerte una respuesta más precisa” (otra vez sic).
Qué poco se nos conoce, qué falta de respeto hacia una sociedad que comienza a confiar parte de su futuro a la Inteligencia Artificial. Ante semejantes lagunas documentales, y para evitar graves equívocos, un equipo multidisciplinar se puso a trabajar sin desmayo para que Mark evitase el ridículo. Se le advirtió que por más que parezca un contrasentido en Ourense la institución local debe diez millones de euros, no tiene dinero para pagar facturas, su alcalde afronta nuevas denuncias y no pasa nada. En el mismo informe a Meta se alude a que con el caso de la plaza de abastos el regidor cuenta con el imbatible argumento caprichoso de que el balón es mío y tú no juegas, sin contar que se bate con los placeros, correosos nativos que se levantan muy temprano para currar, posiblemente a la hora a la que el regidor sigue en brazos de Morfeo. Zuckerberg da acuse de recibo a las sugerencias y las incorpora de inmediato a su Meta AI. Ansiosos por ver la actualización, preguntamos: “¿Cómo es posible que la tercera ciudad de Galicia claudique sin remedio y no se haga respetar?” Meta sugiere que traslademos el asunto a los partidos mayoritarios de la corporación, “que son los que tienen la llave, siempre y cuando no dependan, como es el caso, de los puestiños”. No convence la respuesta, pero es de valorar que Meta reconozca algunas palabras del gallego (esto no es sic).
Cuando las inversiones están en otra dimensión, intranquiliza que los problemas sean de mantenimiento. Un gran restaurante galardonado con todas las estrellas del firmamento no puede perder la credibilidad por un pelo en la sopa de un cliente
Malo si todas las respuestas vienen de la tecnología o solo de la tecnología. Las cejas de medio mundo siguen arqueadas al conocer que gracias a la alta capacitación tecnológica de la sanidad el cirujano gallego Diego González ha operado desde China a un paciente en Bucarest. Pero es el propio disco duro de este experto en cirugía torácica el que atesora el conocimiento y la experiencia para afrontar semejantes retos. Otras variables sanitarias no dependen tanto de la inteligencia artificial o de la tecnología, pero son noticia porque nos avergüenzan un poco a todos. Que se caigan unos techos en uno de los edificios del Complexo Hospitalario Ourensán ejemplifica poco, la verdad. Cuando las inversiones están en otra dimensión, intranquiliza que los problemas sean de mantenimiento. Un gran restaurante galardonado con todas las estrellas del firmamento no puede perder la credibilidad por un pelo en la sopa de un cliente.
Por la semana se han publicado noticias sobre una dinámica feria de empleo, unos prometedores datos de paro y hemos escuchado atinadas reflexiones en torno a la innovación o el emprendimiento. Entonces, todo parece indicar que el futuro pinta bien. Preguntamos a la Inteligencia Artificial y nos dice: “El futuro de Ourense parece prometedor, con varios proyectos e iniciativas. Por un lado, el BNG de Ourense está trabajando en tres macroproyectos eólicos en la provincia, lo que podría generar empleo y crecimiento económico” (sic). Ya nos quedamos más tranquilos.
Mira tú el pésimo estado de conservación que presenta la carretera N-540 que une Ourense con Lugo, de las pocas conexiones que deberían hilvanar el interior gallego. Mira tú como la Administración mantiene su empeño en igualar esta infraestructura con las vetustas vías romanas de la pretérita civilización. Mira tú que otras carreteras, caso de la que enlaza con Valdeorras, han tenido tiempos mejores y solo se han arreglado a golpe de cabreo de alcaldes y empresarios afectados. Mira tú hasta que punto situaciones como la descrita acentúan aún más la brecha de desarrollo entre la costa y el interior. Mira tú como las evidencias del estado de las comunicaciones airean la falta de una estrategia común entre Ourense y Lugo. Mira tú que ambas provincias que comparten Ribeira Sacra, vinos y otros muchos activos deberían ser mejores vecinos. Mira tú que los baches de Chantada son solo una chapuza al lado de las otras necesidades. Mira tú.
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