A propósito de Assía

CAMPO DO DESAFÍO

Publicado: 01 nov 2025 - 02:20 Actualizado: 01 nov 2025 - 02:20

Opinión en La Región
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El artículo de Evelio Traba en La Región del 20 de octubre, Assía, cronista inusual del siglo XX, evoca las cosas y personajes que no debiéramos olvidar. Felipe Fernández Armesto, Augusto Assía para sus muchos lectores, nacido en A Mezquita, Ourense, en 1904 y fallecido en A Coruña, en 2002, es una de las vidas entregadas al periodismo en el tumultuoso siglo XX. Le acompañan en la categoría del artículo periodístico que él convirtió en crónica de su tiempo, nada menos que Julio Camba, González Ruano, Josep Pla, Gaziel o Chaves Nogales. Menos literario que ellos, más exacto en su recuento de la realidad vivida o interpretada, Assía fue un personaje en sí mismo, un aventurero, un idealista burgués, un hombre al que el pragmatismo anglosajón le curó para siempre ante cualquier utopía de las muchas entonces en oferta. Fernández Armesto pasó, sin solución de continuidad, de las aulas en la facultad compostelana de Filosofía y Letras, donde ingresó en 1924, a los rutilantes escenarios de París en 1927 y un año después Berlín, desde donde empezará a enviar artículos al periódico de su vida, La Vanguardia de Barcelona; el último, en 1986.

Sus retratos periodísticos de Churchill, de Lawrence de Arabia o del presidente Truman, “aró la tierra, ordeñó las vacas, apacentó los puercos, herró los caballos”, siempre la admirativa consideración del hombre rural, sirvieron a varias generaciones para alimentar una esperanza de tiempos mejores y en la propia condición humana.

De Assía y de estos años tumultuosos, hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, se ha dicho casi todo. Militante del PCE en 1930, tres años después expulsado del mismo por “oscuro” y “fascistizante”, Armesto transita los escenarios calientes de su tiempo con una extraordinaria capacidad de adaptación ideológica. Galleguista, comunista, filo fascista y franquista; liberal conservador en la Inglaterra que soporta los bombardeos de la Luftwaffe; demócrata en la distancia de la España alineada con el Eje; admirador del capitalismo en estado puro que late en los Estados Unidos de la postguerra. “No sabemos a dónde vamos, pero estamos en el camino”, escribe fascinado por el dinamismo neoyorquino. Assía, alejado del ruedo ibérico y de la Europa destrozada, adopta una visión de satélite espía que él se esfuerza en transmitir, en las pequeñas dosis pedagógicas que permite el artículo de prensa, en realidad una catarata de colaboraciones, que van conformando una masa de fieles lectores ávidos de modelos políticos alternativos y sistemas de organización social más ventilados.

Sus retratos periodísticos de Churchill, de Lawrence de Arabia o del presidente Truman, “aró la tierra, ordeñó las vacas, apacentó los puercos, herró los caballos”, siempre la admirativa consideración del hombre rural, sirvieron a varias generaciones para alimentar una esperanza de tiempos mejores y en la propia condición humana. El otoño de Fernández Armesto estaría en su tierra, al fin convertido en un gentleman farmer de la Casa Grande de Xanceda. Sobre el pecho lució, con parejo orgullo, los emblemas de la Orden del Imperio Británico y la Medalla Castelao.

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