La Región
JARDÍN ABIERTO
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Esta es, sospecho, la crónica de perdedores. No es que vaya a narrar las peripecias de alguna víctima del infortunio, sino que adelanto algunos temores por los argumentos que se deslizarán un poco más adelante, abocados a pérdidas. Sé que no es buen comienzo presagiar una fuga masiva de lectores en la búsqueda de líneas más placenteras o con más morbo, extremos ambos que se sirven como virtudes que adornan en el periodismo y que cuentan con miles de fieles. Batirse contra las vísperas del Entroido, cada vez más extenso, más intenso o contra la ingente cantidad de fiestas gastronómicas es una batalla para la que nunca se está lo suficientemente preparado. Salgo al campo tocado, pero salgo. Ya dijo Cholo Simeone que “no ganan siempre los buenos, ganan los que luchan”. Por intentarlo que no quede.
Si hemos superado la introducción sin bajas entre los lectores es que ya podemos creer en Cervantes, que pronosticó que “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. Hay asuntos un poco áridos pero a los que debemos hincar el diente sin miedo. El sector de la automoción en Ourense se acatarra (más de 2.000 empleos directos, más de diez empresas), una industria que pelea el céntimo en cada pieza que elabora para coches de diferentes marcas, sobre todo del grupo Stellantis. Trascendió que Faurecia, una de las potentes en la provincia, suelta lastre laboral, anticipando nubarrones a medio plazo. La industria auxiliar en Ourense es competitiva, pero nada queda de los propósitos que vieron nacer y crecer estas plantas de producción. El cierre de Citroën en Ourense en 1989 desencadenó un sálvese quien pueda.
Pasan los años y se desconocen las apuestas por la industria, quizá porque no es fácil que cuaje y porque se requieren potentes inversiones
La propia Faurecia procede de Sommer Allibert, un apaño para evitar la sangría de la marca de los chevrones en el polígono de San Cibrao. Labauto y Valeo recogieron también excedentes de la vieja factoría pero sus esquelas son del 2005. En economías dinámicas y entornos muy cambiantes, son lógicos los dientes de sierra, pero en el caso de Ourense la situación es particularmente delicada. Pasan los años y se desconocen las apuestas por la industria, quizá porque no es fácil que cuaje y porque se requieren potentes inversiones, amén de productos testados. Una vez más recordamos aquí que el último proyecto de enjundia (T-Solar) es del año 2008 y cerró en el 2013. La oficialidad no reacciona, la patronal ya ni pía y los sindicatos han olvidado la letra del "¡compañeiros do metal!" Faltaban un par de posiciones políticas por el caso de Faurecia y ahí estuvieron PP y BNG ordenando a sus gabinetes de prensa que escriban algo en el tono de lamentar que a Faurecia le vaya mal y de paso cubrir el expediente. Apunten en el balance económico de la provincia futuras pérdidas, sino al tiempo. No apunten relevo industrial, otra pérdida.
A Paco Fumega, el alcalde de O Carballiño, socialista en el ostracismo, hay que tratarlo desde ya como un visionario. Su pacto con el PP el verano pasado para repartirse el bastón entre partidos antagónicos ha desatado las iras en las menguadas filas de Besteiro en tierras galaicas. Esta semana los dirigentes socialistas le recordaron que semejante concubinato no encajaba en el credo de los de Pablo Iglesias (Posse, no Turrión), que es como si el Madrid y el Barça se cruzasen alineaciones.
Ahora la dirección socialista le enseña la puerta de salida, en un ejercicio muy del PSOE, llevar al cadalso a sus propios correligionarios
Sin embargo Fumega, insisto, ha tenido un gesto preclaro. Ahora el atolondrado Trump eleva a los altares a Putin, echando por tierra los antagonismos políticos de las últimas décadas y toda la dialéctica de oriente y occidente. Esto ya se había escenificado en la capital del Arenteiro meses antes. Es cierto que institucionalmente el alcalde de Carballiño quiso emular otros acuerdos menos corrosivos como la Gran Coalición alemana entre democristianos y socialdemócratas. "Llamo a tomar la responsabilidad de construir un gobierno estable", dijo en el 2013 la canciller Angela Merkel. Fumega, igual de digno, dijo en septiembre del año pasado haber pactado con el PP "polo ben do Carballiño". Ahora la dirección socialista le enseña la puerta de salida, en un ejercicio muy del PSOE, llevar al cadalso a sus propios correligionarios. Quizá lo que deberían hacer es preguntar a los vecinos de O Carballiño si el pacto funciona, si están contentos con la gestión que hacen ambas formaciones políticas o si es un potaje intragable que como tal será valorado en las próximas elecciones municipales. También qué situación excepcional se está viviendo ahí para un acuerdo tan singular. Mientras tanto, quien pierde es el PSOE, guardián de las esencias que en Moncloa se saltan a la torera, pactando con extraños compañeros de viaje. En O Carballiño, como pronosticó Groucho, entre los socialistas cunde la sensación de ir de victoria en victoria hasta la derrota final.
En el Concello de Ourense saben que nadie moverá un dedo por evitar que el Museo Municipal acabe siendo una especie de bar de copas. Y menos mal que, movidos por esa molicie, no chimpan la catedral para hacer chalés adosados. Entre las futuras concesiones municipales va un uso hostelero en el viejo caserón de los Méndez Montoro del siglo XVI en la rúa Lepanto. No descartan sugerir al Obispado reguetón en vez de "Juntos como hermanos". Hay que innovar, la ortodoxia que quede para los perdedores.
Mira tú en la última semana la de operaciones contra el delito que han tenido como escenario Ourense. Mira tú los espectaculares despliegues que han roto la "tranquilidad" de los vecinos, que creían asistir a un rodaje para Netflix. Mira tú qué pronto pasamos de ser solo una aldea en cuanto a enjundia informativa a presenciar acciones como si viviésemos en el barrio de Petare, en Caracas. Mira tú lo espectacular, pero también lo reconfortante de los operativos que se montan para echarle el guante a los delincuentes, con su presunto y todo. Mira tú también como tranquiliza que Justicia, Fuerzas de Seguridad y un montón de eslabones sociales más saquen de las cloacas de la trata de personas a cientos de víctimas invisibilizadas y mercantilizadas por redes de desalmados, como se puso de manifiesto esta semana en Foro La Región. Mira tú como los "tratantes", sí, como si fuesen de ganado, deben sentir más cerca el aliento en su nuca. Mira tú.
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